Heródoto afirmaba: "Egipto es un don del Nilo", y este impregnó todos los aspectos de la vida, incluida la mitología.
A orillas del Nilo, se consumó la revolución del Neolítico, recolectando, domesticando animales y practicando la ganadería. La observación de una mayor producción de gramíneas sobre el limo de las crecidas, les llevó a crear un sistema de regadío, lo que trajo la organización de una economía de almacenamiento que ayudó a su vez al desarrollo de las ciencias y las artes:
- Escritura, para administrar los recursos,
- Geometría, para calcular desniveles en las acequias y medir las superficies,
- Álgebra, para distribuir correctamente los caudales,
- Astronomía, para predecir las crecidas del río, y con ella el calendario, para anunciarlas y organizar el trabajo.
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